Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://gretatypa829676.blogdal.com/39029070/el-cabezazo-que-marcó-la-final-más-polémica